Patricia Sánchez Pérez

Lo normal es que te indignes
Mi comentario sobre este tratado El Poder de la Indignación tiene que empezar citando su primera frase. Desde su vertiente más crítica hacia la espiritualidad el Dalai Lama expone que “En el mundo real existe la explotación, existe un profundo e injusto abismo entre ricos y pobres. La cuestión es ¿Cómo deberíamos lidiar con la desigualdad y la injusticia social desde la perspectiva budista?. ¿Va en contra del budismo sentir ira e indignación en medio de esas situaciones?”
Con estas cuestiones comienza la conversación entre el Dalai Lama y Noriyuki Ueda escritor, conferenciante y antropólogo cultural. Profesor visitante en el Centro de Estudios Budistas de la Universidad de Stanford y de sus conversaciones con el Dalai Lama han surgido varias obras como esta y El poder del aquí y Ahora.
La ira y el Dalai Lama
Este tratado es una breve obra pero con la que el Dalai Lama y Noriyuki Ueda van al grano y exploran cómo la ira es inherente a la condición humana. Cómo a pesar de haber dedicado su vida a la enseñanza del cultivo del amor y de la compasión “en general, que un ser humano nunca muestre ira me lleva a pensar que algo ocurre. Debe de tener algún problema mental”.
Puede parecer una contradicción poner en la misma frase “ira” y “dalai lama”, pero después de leer esta obra nos damos cuenta que al experimentar un dolor ajeno y sentimos ira ante una situación injusta, podemos transformar esos sentimientos en una acción compasiva, en ira compasiva.
El enfoque budista
En uno de sus capitulos desde su sencillez y audacia el dalai lama nos explica cómo las enseñanzas budistas toman como punto de partida el sufrimiento humano pero como los monjes se limitan a dar sermones preparados de antemano sin prestar atención a los sufrimientos actuales de la gente. “Puede que hablen sobre el budismo, pero su forma de hacerlo no es budista, su enfoque se aleja mucho del deseo original de salvar a todos del sufrimiento”. El poder de la indignación.
La indignación como motor de cambio
En el poder de la indignación el dalai lama nos comparte su experiencia como refugiado. Un viaje abrumador cruzando el Himalaya caminando semanas desde China a Dharamsala en India, en el que muchas personas son torturadas y asesinadas. Muchos de los que sobreviven a esa travesía pierden dedos de los pies y de las manos por congelación.
Este relato me ha hecho volver al 2014 cuando visité Dharamsala para estudiar yoga y en el que conocí a varias personas sin dedos en las manos. Una de estas personas me dió varias lecciones de cocina en su hogar. Para mi estas lecciones no fueron solo aprender platos exóticos, fue cuando realmente pude comprender a través de la experiencia de esta persona la tristeza, el sufrimiento, todo el sinsentido y la crueldad a las que millones de personas se enfrentan.
Aquellas lecciones de cocina y el momento presente están conectados. Esas emociones no se pueden apagar y encender como el modo avión del teléfono. Sigo sintiendo la misma indignación pero la intento utilizar de maneras con las que puedo contribuir a que todos puedan ser un poco más iguales y menos explotados.
Una nueva espiritualidad
Esta entrevista con el Dalai lama supone una honda reflexión dirigida a lectores que quieran profundizar sobre la urgencia de una nueva espiritualidad en la que se pueda utilizar la indignación como motor para avanzar en el diálogo social, la ética, la justicia y la igualdad.
La voz que narra la obra es el mismo y termina diciendo “Puedo sentir ira. Pero esta ira es compasiva. La experiencia de la pena y del dolor conduce a la iluminación y a un profundo deseo por la salvación. Y emerge un gran anhelo de libertad. Pasar del dolor a la libertad ilimitada, eso es el budismo. Ese es el camino que tomó el propio Buda”.
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